Presencia y tiempos de valor: es el momento de aprovechar lo aprendido

El Coronavirus ha traído muchísimas cosas terribles que, por supuesto, nunca podrán equilibrar la balanza con respecto a las positivas. No obstante, una vez más, puede desempolvarse ese refrán tantas veces repetido a lo largo de la historia de “no hay mal que por bien no venga”. Al menos, para toda aquella persona que haya querido reflexionar sobre lo que ha pasado y sacar una lección aprendida de todo ello.

Lecciones, sin duda, hay muchas ¡muchísimas! A nivel personal y social, medioambiental, económico, humanitario … y también, cómo no, a nivel profesional. Esta crisis nos ha enseñado mucho de nosotros mismos, de cómo afrontamos los problemas, los retos y las dificultades, como personas, como sociedad y, en lo que a lo laboral más nos concierne, como equipos.

En Emergya, esto se ha traducido en redescubrir, como en otras ocasiones en las que nos ha tocado pasar malos tragos, que cuando hay personas cohesionadas en torno a un objetivo común, unos valores y una forma de ver las cosas parecida o similar, la superación de cualquier barrera se hace mucho más fácil. Y de ello hemos extraído también otros aprendizajes, como que no hay que tener miedo a los cambios y que la responsabilidad y el compromiso no dependen del lugar en el que estemos ni del horario que cumplamos, sino de cómo sintamos de importante nuestro trabajo y el de las demás personas que conforman nuestro equipo.

Todo hay que decirlo, el Coronavirus no nos cogió en pañales: el teletrabajo era ya un sistema normalizado en la compañía.  De manera generalizada, sólo habíamos probado un piloto, durante unos meses hace varios años, con un día a la semana (los viernes) de "oficina vacía". Sin embargo, en aquella ocasión no terminó de cuajar. No obstante, durante todo este tiempo quienes habitaban en otras provincias, y por tanto estaban lejos de la sede central de Sevilla, el trabajo en remoto era habitual de forma que sólo realizaban visitas puntuales a la oficina.

El resto hemos trabajado de manera mixta: acudiendo a la oficina dos o tres días por semana, quedándonos en casa cuando nos hacía falta por temas de conciliación, necesidades puntuales o para, simplemente, concentrarnos mejor de cara a la finalización de algún trabajo.

Esta etapa nos ha demostrado, no ya que podemos teletrabajar todos a la vez y que el rendimiento en este modelo no tiene por qué bajar, sino que posiblemente sea mejor darnos la libertad para elegir el espacio de trabajo que mejor nos viene, sabiendo autogestionarnos y dejando el uso de espacios comunes precisamente para eso, para lo común. Es lo que en Emergya hemos denominado Presencia de Valor, es decir, potenciar el uso de las oficinas como espacios para la convivencia, que supongan un valor añadido con respecto a si hiciéramos lo mismo desde casa. ¿Y qué cosas son éstas? Se nos ocurren algunas, como las entrevistas de trabajo, las bienvenidas a las personas, la mentorización a las personas que están empezando en su carrera profesional, las retrospectivas y dinámicas de equipo, la gestión de problemas, el seguimiento y atención a las personas… ; en definitiva, todo aquello que gane si se hace en persona, aquello que haciéndolo junto a los demás me aporta algo más y a lo que yo voy a aportar también algo diferencial. Todo lo demás, podremos hacerlo en oficina si queremos, si así nos sentimos mejor, por supuesto, pero no será necesario. 

¿Quieres transformar tu empresa con tecnologías de futuro?

fondo-footer
base pixel px
Convert
Enter PX px
or
Enter EM em
Result