Lecciones aprendidas en tiempos de Covid

La crisis sanitaria del Coronavirus nos ha enseñado mucho en estos últimos meses. Como ya hemos escrito en posts anteriores, gracias a esta situación nos hemos dado cuenta de que a veces no importa el cómo ni el dónde, sino que lo que de verdad suma es el tiempo de calidad que se invierte y el compromiso que hay detrás de un equipo. 

Por eso, queremos compartir ahora algunas lecciones que hemos extraído de esta experiencia y que, por supuesto, son base de nuestro proyecto Presencia de Valor

1. Romper la tradición

Que los objetivos son lo importante es algo que siempre hemos tenido claro en Emergya, más allá del presencialismo o los horarios. Es algo que se veía reflejado en nuestro uso del teletrabajo y en la flexibilidad horaria que teníamos, tratando de ofrecer posibilidades que ayudaran a las personas a organizarse, con márgenes abiertos de entrada y de salida o en horarios de comidas y descanso o posibilidad de parar la jornada para hacer temas personales, recuperando las horas después. Sin embargo, más por rutina que por verdadera oposición, todos nos adaptábamos a los tiempos marcados en nuestros procedimientos, sencillamente, porque así había sido siempre. Hemos tenido que pasar por una situación como la que estamos viviendo actualmente para recordarnos que dar las cosas por sentado no ayuda a mejorar, que hay que replantearse todo y pensar si lo que estás haciendo en base a lo que un día fue lo mejor, sigue teniendo sentido. Y, como no deja de ocurrir en esta empresa casi cada día, así lo hemos hecho. 

2. Nuevas rutas para llegar al objetivo

¿Qué podía pasar si cambiábamos las reglas del juego? Pues todo o nada, y bueno o malo, lógicamente. Pero sin probar, no íbamos a saber la respuesta. Por esta razón, y ya antes de todo esto del Coronavirus, iniciamos pilotos basados en una flexibilidad horaria prácticamente total, en la adaptación de las horas a las personas y su productividad (basada muchas veces en las posibilidades de conciliación y en la motivación), y no al revés. Y el resultado no fue malo, sino todo lo contrario. El primer paso ya estaba dado. 

No obstante, tuvo que llegar el ‘Corona’ para hacernos ver que eso sólo era un pequeño trecho de la zancada que podíamos dar. Ahí fue cuando la actitud y el compromiso de nuestros equipos nos volvió a situar en el concepto clave: los objetivos. ¿Por qué hacemos las cosas, para qué, cómo las vamos a conseguir? Esta situación nos ha hecho reflexionar sobre el hecho de que la implicación está claramente fuera de límites físicos o temporales.

El compromiso, el conseguir las metas todos a una, depende de un factor principal: sentirnos parte de algo, saber qué aportamos, qué conseguimos con nuestro trabajo. Ahí está el quid de la cuestión, no en hacer las cosas juntos, en el mismo sitio, a la misma hora, sin saber por qué. Aunque en nuestros equipos trabajamos mucho ese “formar parte” y ese “saber por qué”, hasta ahora no lo habíamos desligado de la tradición presencial. El Coronavirus, con sus grandes tragedias, nos ha llevado a quitar envoltorios y quedarnos con lo esencial: hacer las cosas bien, en equipo, y facilitando a cada persona ser la mejor versión de sí misma en su trabajo, y esto, creemos, se logra, en buena medida, consiguiendo su motivación, su tranquilidad y generando espacios y momentos de productividad individuales o grupales que favorezcan a todo el equipo.

3. Flexibilidad, concepto clave

En este sentido, la flexibilidad ha jugado y juega un papel fundamental. Marcando ciertas pautas y definiendo una franja de tiempo mínima en la que los equipos puedan coincidir para seguir promoviendo el trabajo en común, hemos planteado que cada persona pueda organizar su jornada laboral como mejor le convenga, en función de sus circunstancias personales y familiares. La respuesta que hemos obtenido ha sido muy positiva, las personas se sienten mucho más a gusto ya que no se ven encorsetadas por un horario, sino que pueden adaptar su vida y trabajo a su situación particular e, incluso, organizar de mejor modo la carga de trabajo y  los periodos de mayor concentración o productividad.

Lecciones aprendidas en tiempo de covid

4. Un espacio con un sentido

Si hay algo que ha puesto a prueba a las empresas del sector en todo el mundo (así como a otras muchas de otros sectores), ha sido el teletrabajo: la necesidad de hacer las labores desde casa por la simple imposibilidad de salir de ella. Ha sido una asignatura aprobada fácilmente, ya que para nosotros el trabajo desde casa era una realidad desde hace mucho tiempo. Ahora bien, ¿todos a la vez? ¿Y para todo? Con franqueza, para algunas cosas, como la gestión de personas (una resolución de conflicto, una charla motivadora, un feedback, una dinámica), por ejemplo, no hay nada como verse las caras. Pero para otras, ¿de verdad es necesario pasar media hora (con suerte) en el metro para llegar al trabajo, hacer tu tarea en tu ordenador, y volverte a casa? A nivel social puede ser positivo, por supuesto, pero a nivel profesional… ¿aporta tanto?

Nuestra conclusión es que no tiene por qué. Y que, en la medida de lo posible, hay que dejar a las personas organizarse, buscar sus momentos, pues a veces el simple hecho de no haber ido uno o varios día a la oficina, y habernos sentido más productivos, más armónicos con nuestra realidad personal, puede hacer que el día que vayamos lo tomemos con más ganas de estar con las demás personas, de aportar y de compartir. Es decir, a nosotros nos ha quedado claro que el presencialismo porque sí ya no aporta nada, dado que hay medios para seguir conectados desde casa (cosa que hace dos décadas, por ejemplo, era imposible), y que la presencia en un lugar o en otro debe tener un sentido. Por eso, los espacios deben orientarse a facilitarnos esa realidad, a hacer atractiva, productiva y feliz nuestra presencia. Y en ello estamos. 

5. Capacidad de resiliencia

Si ya sospechábamos que nuestros equipos la tenían, esto nos ha confirmado que quienes componen Emergya tienen la capacidad de superar, adaptarse y aprender de todo tipo de situaciones, algunas tan extrañas y desconocidas como la que nos ha planteado el Coronavirus. Esta pericia ha salido a relucir y ha hecho que nuestros equipos brillen, sorteando todas las barreras y obstáculos que se ponían a su paso para al final hacerse mucho más fuertes y demostrar que la respuesta puede ser del 200%, incluso en situaciones adversas. 

6. Importancia de la comunicación

Sin lugar a dudas, la comunicación ha sido uno de los aspectos en los que más se ha invertido y trabajado durante esta pandemia. El hecho de que todas las personas del equipo hayan estado trabajando desde casa ha requerido un esfuerzo extra para que ninguna de ellas se sintiera aislada y para que todos siguiéramos teniendo ese sentimiento de ‘pertenencia’ tan característico y esencial en Emergya

Una de las iniciativas que se promovió durante el confinamiento fue la denominada #LoHacenPosible, un reconocimiento público a las personas que han tenido que salir de casa en proyectos o labores esenciales que han posibilitado que otras personas puedan hacer su trabajo, demostrando una gran capacidad de compromiso y responsabilidad ante una situación excepcional. Igualmente, se desarrolló la iniciativa #CómoLoLlevas, una propuesta centrada en fomentar el compañerismo y la figura del equipo, durante las semanas más duras de confinamiento con el objetivo de promover (mucho más si cabe) esa unión que nos define:  #CómoLoLlevas con los peques,  #CómoLoLlevas con las mascotas,  #CómoLoLlevas con la cocina… Hemos entrado en nuestras casas y compartido nuestra realidad desde cada rincón y desde cada experiencia, y la respuesta, como siempre, ha sido constante y magnífica.

7. Trabajo, pero también tiempo de ocio

Y, como todo no iba a ser trabajar, también hemos demostrado que somos capaces de divertirnos y disfrutar en equipo, incluso en circunstancias anómalas. Por ello, los teledesayunos o los ‘tapeos online’ han triunfado (e incluso aún lo siguen haciendo); espacios más distendidos de encuentro en los que hemos hecho piña como equipo y hemos estado unidos, pese a todo. 

En Emergya somos conscientes de que aún nos quedará aprender más cosas de esta particular situación. Por esta razón, la Comisión de Prevención frente al Covid’19 que se creó en febrero y en la que participa nuestro CEO y buena parte de la directiva, sigue dando pasos para adelantarnos a los riesgos, garantizar la seguridad y solucionar todos los problemas que se presentan de la mano de este virus y su efecto en la sociedad. Así, esta Comisión ha estado pendiente del transcurrir de los acontecimientos, analizando cada nueva situación y tomando las medidas oportunas para que cada persona pudiera seguir desarrollando su trabajo con normalidad y dentro de unas condiciones seguras y óptimas. Asimismo, esta Comisión ha sido la promotora de muchas de las medidas descritas anteriormente, y de sus conclusiones el equipo de Gestión de Personas ha podido desarrollar nuestro plan para 2021 basado en la "Presencia de Valor".

Ahora, en esta nueva etapa de adaptación a la nueva normalidad, en la que desgraciadamente todavía está presente la incertidumbre, los equipos se están coordinando y organizando para afrontar dicha fase del mejor modo posible. Seguimos teletrabajando, aunque ya estamos terminando de acondicionar las oficinas para protegernos de la Covid y para disfrutar de los espacios de valor que hemos soñado, libres ya de virus y de riesgos y orientados a una convivencia motivadora y productiva. Mientras tanto, sabemos que la actitud y el compromiso de nuestro equipo serán claves para continuar adelante pese a las dificultades y para mirar al futuro con fuerza y optimismo.

¿Quieres transformar tu empresa con tecnologías de futuro?

fondo-footer
base pixel px
Convert
Enter PX px
or
Enter EM em
Result